lunes, 3 de mayo de 2010

La Dama de Apoyo y las bestias

Por Pablo Rodríguez Carvajal
Tomado de PayoLibre.com

Sara Martha Fonseca Quevedo vino al mundo pasada la primera década de la llegada del castrismo al poder en Cuba. Nació, el 4 de septiembre de 1970, en un central cañero de la entonces provincia de Las Villas. Hoy vive en La Habana, es casada, tiene dos hijos y pertenece al Partido Pro Derechos Humanos de Cuba, afiliado a la Fundación Andréi Sajarov. También es parte del Grupo de Apoyo a las Damas de Blanco, y por ello ha sido repudiada.
El pasado 17 de marzo, cuando se conmemoraba el séptimo aniversario de la ola represiva del 2003, esta valiente mujer sufrió, al igual que las otras Damas, el ataque de las turbas paramilitares. En la siguiente entrevista Sara Martha Fonseca Quevedo nos adentra en los detalles de aquel violento día.
¿Cuándo comienza a participar como Dama de Apoyo a las Damas de Blanco?
Desde el 2004 soy activista de los Derechos Humanos. Soy cristiana y mi denominación es Bautista, por eso me chocaba un poco que las Damas de Blanco siempre visitaran las iglesias católicas, y por ese motivo no comencé desde el principio a apoyarlas.
Pero un buen día un pastor amigo mío me dijo: "Mira, no tiene nada que ver que tú seas bautista y que ellas visiten las iglesias católicas, puedes hacerlo si tu como defensora de los Derechos Humanos te sientes en el deber de ir a apoyarlas". Y ya hace alrededor de un año y medio que comencé a apoyarlas.
¿Cómo fue la primera visita a Santa Rita de Casia?
La primer vez fui allí y conversé con Laura (Pollán), ya por referencia me conocía, y enseguida me acogió. Desde entonces no he dejado de apoyarlas, los domingos y los días 18 las he estado apoyando con mucho cariño y mucha entrega, porque ellas piden lo mismo que nosotros: la libertad de los presos políticos, y nosotros además pedimos la libertad y la democracia para Cuba entera. Siento que es mi deber, una obligación apoyarlas, y voy a seguir haciéndolo.
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Cuando el día 17 de marzo la tenían suspendida en el aire, ¿qué sintió?
Bueno (suspira). Realmente sentí hasta un poco de impotencia porque normalmente cuando uno se siente tan atacado así reacciona de la misma manera, tratando de, si te están golpeando, golpear, pero siempre con aquello de que somos pacíficas, de que no podemos dejarnos provocar. Nosotras simplemente gritamos ¡Libertad! ¡Libertad!. Pero mi primera reacción también fue golpear, pero me aguanté cuando pensé, tenemos que ganar esta pelea pacíficamente, que los agresivos sean ellos. Fue bastante duro. Ya cuando me empujaron y me soltaron dentro de la guagua sí empecé a gritarles: ¡Ladrones! ¡Asesinos!
Como la tenían sujeta, de haber querido, ¿hubiera podido hacer algo?
No, era totalmente imposible. Hay un momento en que pensé que me iban a ahogar. Me aplicaron una llave técnica, desde ese día me duele la muñeca.
Lo primero que ellos hacen es que nos arrastran por los pies, pero a mí me levantan del piso y me tiran. Se ensañaron totalmente conmigo. Me tiran de frente y cuando caigo lo que apoyo es la mano derecha y la rodilla, fue lo que me sostuvo de no golpearme el rostro, y de ahí me levantan. No recuerdo muy bien si desde ese momento me aplican la llave o si cuando me empiezan a parar es que me la aplican. Quiero ver un video. También sentí un golpe muy fuerte en la nuca. Una de las Damas de Apoyo me dijo: "fue un hombre de la Seguridad del Estado que te golpeó". Del golpe sangré por la nariz y por el oído. Existen las fotos y tal vez en la foto ella me lo pueda identificar.
Después de la golpeadura que recibió el 17 de marzo, ¿participó en alguna otra marcha?
Sí. No dejé de ir un solo día. Y no voy a dejar de ir tampoco. Me tendrán que encarcelar porque voy a continuar.
Esta vez fueron 7 marchas, marcando los 7 años desde la ola represiva del 2003. ¿Participó en las 7?
Sí. El año pasado fueron 6, y a las 6 fui. Este año fueron 7, y a las 7 fui. Ya en los últimos días, sábado y domingo, marchaba con fiebre. Me cayó el gripe malo ese que anda por aquí, y marché con fiebre, tuve días que dije, "Dios mío, no me traiciones, no me dejes caer", y así marché.
¿Considera que el régimen está hostigando más a las Damas de Apoyo?, y si sí, ¿desde cuándo?
A partir de este Séptimo Aniversario noté que la represión contra el grupo de apoyo a las Damas de Blanco ha aumentado. Pienso que es porque de las esposas de los 75 no son muchas las que viven aquí en Ciudad Habana, por lo que para el gobierno es mucho más fácil que solamente caminen las Damas de Blanco, es decir, las esposas y familiares de los prisioneros de conciencia del Grupo de los 75 que quedan en prisión, porque son menos.
Somos un grupo grande de Damas de Apoyo, además, se nos han unido otras que no acostumbraban caminar con nosotras, por lo que hay una masividad y eso conlleva a que el pueblo simpatice aun más con nosotras y que intente unírsenos. Es por eso que la policía política puso esos cordones, y decían en la Mesa Redonda (programa televisivo oficialista) que era para protegernos del pueblo enardecido; no, el cordón era para impedir que ese pueblo se nos uniera.
Yo fui testigo, tanto de los días 9 y 10 de diciembre, como del aniversario del año pasado, como de este aniversario, que el pueblo se solidariza mucho con nosotras y con la causa de la oposición entera, no solamente con la causa de las Damas de Blanco. El pueblo está cansado de tanta represión, está carente de libertad y está ansioso ya de unirse a los grupos opositores y las Damas de Blanco son una fuerza de empuje muy grande.
Cuando caminamos 40, 50, 60 ya se ve, se nota el grupo y esto los llama, llama al pueblo. Las personas que tienen miedo, en ese momento gritan con nosotras. Los vi como desde los balcones nos hacían señales de libertad y muchos nos gritaban "¡estamos con ustedes!". También hubo personas que venían corriendo a unirse a la marcha y estos cordones que ponía la policía política se lo impedían. Hubo muchas personas que vi cuando se las llevaban, y como son personas que no conocemos no sabemos cuál fue el destino de ellas, si quedaron presas, si salieron con una multa, uno no sabe qué sucedió.
En uno de esos días hubo un jovencito de unos 16 ó 17 años que logró penetrar el cordón y se me acercó -yo siempre camino con una liga de CAMBIO y otra que dice DEMOCRACIA-, y me decía: "señora por favor, regáleme una liguita blanca", y se la di. Entonces veo que el de la Seguridad del Estado le cayó a empujones, y lo conozco, no de nombre, pero sí sé bien quién es él. Le dije: "te vi, procura que a ese muchacho no le pase nada". Entonces lo fue empujando y lo soltó fuera del cordón, no vi que se lo llevaran preso. Pero bueno, sí hubo muchas mujeres y hombres que intentaron unirse y no supimos nunca más que les pudo haber sucedido.
¿Cree usted que el régimen tenga algún temor?
Le tienen mucho miedo a la masividad. Esto no da para más y ellos lo saben. Y mientras más mujeres caminemos, más fácil es que se nos unan más y más personas y sea el fin de ellos, que esto termine en una explosión social.
Hubo días que yo pensé que iba a terminar en una explosión social, pero lo tenían todo tan controlado con sus turbas paramilitares, con los cordones de la policía… y realmente creo que todavía existe miedo en la gente, porque como no hay libertad económica, no hay libertad empresarial, hay un susto en las personas de perder su trabajo. "¿De qué vivo si me botan del trabajo?", piensan, y esa es la amenaza que recibe todo el que se una a un grupo de oposición: "Vas a perder tu trabajo", entonces, ¿de qué vive?
¿Qué motiva a las turbas paramilitares?
Estas turbas paramilitares, y ya lo he comprobado, se prestan para estos actos por un estímulo que reciben al final de mes, que consiste en 10 CUC, una jaba (bolsa) con algo de alimento y aseo personal: el alimento puede ser una posta de pollo, un pomo de aceite, o alguna lata de carne; el aseo, algún jabón, detergente y desodorante; es lo que les dan, o mejor dicho, les venden a "precios módicos".
¿Hay algo más que quiera añadir?
Sí, para que se tenga una idea de lo que significa la oposición, caminar al lado de las Damas. El día 17 hubo una detención, a Lorenzo, el esposo de una de las Damas de Apoyo, se lo llevaron para la Sección 21 (del Departamento de la Seguridad del Estado) y allí fuimos -yo estaba muy golpeada realmente- y nos plantamos, junto a nosotras estaban tres jóvenes más, y al hombre tuvieron que soltarlo; muy golpeado.
Y también el día 18, mi esposo, Julio Ignacio León Pérez, también caminó detrás de las Damas, junto a Lorenzo, el hombre que el día anterior fue golpeado, y trataron de llevárselos a los dos por la fuerza. Cuando fuimos a entrar a casa de Laura la turba quería arrastrarlos, entonces un grupo de mujeres, entre ellas Martha Díaz Rondón y Caridad Caballero Batista, halaron a mi esposo y a Lorenzo e impidieron que se los llevaran.
Algo que al régimen le preocupa mucho es que la oposición se una a las Damas de Blanco. Tratan de que solamente estén las esposas de los 75 y así mantenerlas controladas.

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