Por Manuel Vázquez Portal
José Ubaldo Izquierdo no es periodista, no sabe escribir, dice mentiras, habla mal del gobierno. Se reúne con la crápula contrarrevolucionaria. Brinda información a la radio extranjera. Publica sus textos en libelos de Miami. Lee a Mario Varga Llosa y a Guillermo Cabrera Infante. En su informe los señores de la Seguridad del Estado en Cuba, con este inventario infiel de atrocidades, afirman que Pepito es malo. Por eso lo condenaron a 16 años de prisión. Lo redujeron a una angosta celda donde, desde la lobreguez lo acechan los ojillos fríos, sospechosos y ariscos de alguna rata y lo acosan a pinchazos los mosquitos.
Era marzo de 2003. Una primavera sin lluvias, sin camisas, sin panes, sin cortesía, perdones ni entusiasmo. La primavera negra de Cuba. Pepito cortejaba a su esposa con unos versos de amor. Olvidados de la maledicencia oficial se preparaban para un romance sin licencias, porque los chicos malos tienen esas pésimas costumbres. Un burujón de guardianes de la policía política llegó a su hogar y rompió el hechizo. Revolvió los libros. Husmeó entre los papeles. Registró las gavetas. Puso la casa patas arriba. Se llevó a Pepito esposado....